«Los awajún y wampis debieran tener un DNI
que contemple dos líneas de nombres: uno para el nombre acuñado en el sistema
hispano y otro para el acuñado en el sistema propio», expresa Gustavo Solís
Fonseca, destacado lingüista y maestro, quien en junio presentó su nuevo libro: Sistemas antroponímicos indígenas en el
Perú pluricultural / Bases para el ejercicio del derecho al nombre, que
cuenta con 118 páginas y tiene el sello editorial del CILA-UNMSM.
Por Grace Gálvez Núñez
¿De qué trata su nueva publicación?
A partir de la antroponimia de tres pueblos indígenas
(awajún, wampis y quechua de Apurímac) se hace constar que en el Perú una parte
de los peruanos tiene dos nombres, generados por dos sistemas antroponímicos
radicalmente diferentes: el sistema indígena propio y el sistema hispano
impuesto por el Estado peruano.
Puede servir a los lingüistas y
estudiantes de Lingüística, y al público en general.
¿Qué problemas intenta mitigar?
En primer lugar, se plantea la necesidad
de que el Estado asuma la variada realidad antroponímica peruana. Aparte, hay
una cuestión de derecho que se relaciona con la identidad y con el derecho al
nombre, pero acuñado a partir del sistema antroponímico propio de la cultura o
del pueblo implicado.
En esta perspectiva, hay reivindicación
del derecho a tener más de un antropónimo. Por ejemplo, los awajún y wampis
debieran tener un DNI que contemple dos líneas de nombres: uno para el nombre
acuñado en el sistema hispano y otro para el acuñado en el sistema propio de
antroponimia de los awajún. Esto implica el respeto al sistema propio de generación
de nombres de los individuos.
Hay un aspecto lingüístico en el estudio
de la antroponimia, pues los antropónimos son emisiones lingüísticas y
constituyen entidades lingüísticas de la gramática de una lengua; pero tienen
también un aspecto cultural, pues son realidades de la cultura de un pueblo.
Los peruanos en general tienen en la
antroponimia, particularmente en los Thesaurus de nombres, la posibilidad de
escoger nombres de diversa procedencia cultural y lingüística. Cabe señalar que
los nombres acuñados por los sistemas antroponímicos indígenas son altamente
simbólicos y, en general, la antroponimia indígena que es altamente simbólica
responde a motivaciones muy elaboradas, porque los nombres simbolizan valores
muy apreciados por los pueblos con los que la gente tiene un fuerte compromiso.
¿Cómo surgió la idea de desarrollar este libro?
Surgió de dos comprobaciones casi anecdóticas.
La primera, la constatación en comunidades awajún y wampis de personas con dos
antroponímicos: el hispano y el propio. Más aun, la comprobación de que todos
los niños awajún y wampis solo conocían sus nombres respectivos awajún y wampis,
y desconocían hasta antes de entrar a la
escuela que tenían otro nombre, el hispano. En la escuela se enteraban que
también tenían otro nombre: el nombre «mestizo».
Esto último fue muy sorprendente, pues cuando
le pregunto a una señora: «¿Cómo se llama tú hijo?», ella no me responde, más
bien aprovecha la ocasión para desaparecer del lugar de la conversación, pero
retorna luego de unos minutos y me dice: «Mi hijo se llama José Samekash
Tsetsen». La señora había ido a la escuela a preguntar al profesor cómo se llamaba
su hijo. Pensó que debía decirme el nombre hispano. Más tarde supe que su hijo
se llamaba Tsamajain, en awajún.
Esto es solo una parte de la realidad indígena.
Solo se presenta en el libro el estudio de
tres sistemas antroponímicos indígenas. Imagínese que nos falta conocer más de
40 sistemas nativos... Necesitamos que los estudiosos se interesen por conocer
este patrimonio cultural de los peruanos.
Bríndenos algunas palabras finales.
Como en varios otros aspectos relacionados con las culturas indígenas peruanas, el estado hispano es avasallador y pone en peligro la vigencia
de los sistemas antropónimos indígenas. Felizmente, muchos miembros de los
pueblos nativos están comenzando con fuerza a usar el léxico de nombres nativos
para poner nombres a las personas, aun cuando lo estén haciendo en el sistema
hispano.
La reivindicación importante es el derecho a tener dos antropónimos en el
DNI, como lo están planteando algunas organizaciones indígenas.