viernes, 9 de agosto de 2013

Gustavo Solís Fonseca publica libro sobre antroponimia indígena (ENTREVISTA)

«Los awajún y wampis debieran tener un DNI que contemple dos líneas de nombres: uno para el nombre acuñado en el sistema hispano y otro para el acuñado en el sistema propio», expresa Gustavo Solís Fonseca, destacado lingüista y maestro, quien en junio presentó su nuevo libro: Sistemas antroponímicos indígenas en el Perú pluricultural / Bases para el ejercicio del derecho al nombre, que cuenta con 118 páginas y tiene el sello editorial del CILA-UNMSM.

Por Grace Gálvez Núñez

¿De qué trata su nueva publicación?
A partir de  la antroponimia de tres pueblos indígenas (awajún, wampis y quechua de Apurímac) se hace constar que en el Perú una parte de los peruanos tiene dos nombres, generados por dos sistemas antroponímicos radicalmente diferentes: el sistema indígena propio y el sistema hispano impuesto por el Estado peruano.
Puede servir a los lingüistas y estudiantes de Lingüística, y al público en general.

¿Qué problemas intenta mitigar?
En primer lugar, se plantea la necesidad de que el Estado asuma la variada realidad antroponímica peruana. Aparte, hay una cuestión de derecho que se relaciona con la identidad y con el derecho al nombre, pero acuñado a partir del sistema antroponímico propio de la cultura o del pueblo implicado.
En esta perspectiva, hay reivindicación del derecho a tener más de un antropónimo. Por ejemplo, los awajún y wampis debieran tener un DNI que contemple dos líneas de nombres: uno para el nombre acuñado en el sistema hispano y otro para el acuñado en el sistema propio de antroponimia de los awajún. Esto implica el respeto al sistema propio de generación de nombres de  los individuos.
Hay un aspecto lingüístico en el estudio de la antroponimia, pues los antropónimos son emisiones lingüísticas y constituyen entidades lingüísticas de la gramática de una lengua; pero tienen también un aspecto cultural, pues son realidades de la cultura de un pueblo.
Los peruanos en general tienen en la antroponimia, particularmente en los Thesaurus de nombres, la posibilidad de escoger nombres de diversa procedencia cultural y lingüística. Cabe señalar que los nombres acuñados por los sistemas antroponímicos indígenas son altamente simbólicos y, en general, la antroponimia indígena que es altamente simbólica responde a motivaciones muy elaboradas, porque los nombres simbolizan valores muy apreciados por los pueblos con los que la gente tiene un fuerte compromiso.

¿Cómo surgió la idea de desarrollar este libro?
Surgió de dos comprobaciones casi anecdóticas. La primera, la constatación en comunidades awajún y wampis de personas con dos antroponímicos: el hispano y el propio. Más aun, la comprobación de que todos los niños awajún y wampis solo conocían sus nombres respectivos awajún y wampis, y desconocían hasta antes de entrar a  la escuela que tenían otro nombre, el hispano. En la escuela se enteraban que también tenían otro nombre: el nombre «mestizo».
Esto último fue muy sorprendente, pues cuando le pregunto a una señora: «¿Cómo se llama tú hijo?», ella no me responde, más bien aprovecha la ocasión para desaparecer del lugar de la conversación, pero retorna luego de unos minutos y me dice: «Mi hijo se llama José Samekash Tsetsen». La señora había ido a la escuela a preguntar al profesor cómo se llamaba su hijo. Pensó que debía decirme el nombre hispano. Más tarde supe que su hijo se llamaba Tsamajain, en awajún.

Esto es solo una parte de la realidad indígena.
Solo se presenta en el libro el estudio de tres sistemas antroponímicos indígenas. Imagínese que nos falta conocer más de 40 sistemas nativos... Necesitamos que los estudiosos se interesen por conocer este patrimonio cultural de los peruanos.

Bríndenos algunas palabras finales.
Como en varios otros aspectos relacionados con las  culturas indígenas peruanas, el estado  hispano es avasallador y pone en peligro la vigencia de los sistemas antropónimos indígenas. Felizmente, muchos miembros de los pueblos nativos están comenzando con fuerza a usar el léxico de nombres nativos para poner nombres a las personas, aun cuando lo estén haciendo en el sistema hispano.

La reivindicación importante es el derecho a tener dos antropónimos en el DNI, como lo están planteando algunas organizaciones indígenas.

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