GUADALAJARA, JALISCO (18/NOV/2011).- “La dialectalidad y la idiosincrasia de un pueblo afloran mejor cuando se produce la comunicación a niveles más cotidianos, coloquiales y más íntimos , porque ahí no está el filtro de la escuela, del qué dirá o qué pensarán. Hay mexicanismos en todos los niveles, muchos de los cuales son indigenismos, pero hay indigenismos que no son mexicanismos y eso hay que tenerlo clarísimo”, expresa en entrevista con este medio la presidenta de la Comisión de Lexicografía de la Academia Mexicana de la Lengua, Concepción Company Company, quien es la coordinadora del Diccionario de Mexicanismos.
La publicación, editada por la Academia Mexicana de la Lengua y Siglo XXI Editores, fue premiada el pasado 12 de noviembre por su arte editorial por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem). Company Company señala que es una gran satisfacción este reconocimiento, que “no es para los autores, sino para el cuidado editorial y a mí me da un gusto enorme porque significa que los autores hemos dialogado con el equipo técnico, que es tan importante. Además, me siento muy honrada porque es el segundo libro consecutivo que me premia la Caniem. El año pasado fue La sintaxis histórica de la lengua española”.
La española-mexicana, añade que la felicitación es para Gabriela Parada y Gustavo Peñaloza, quienes son “las personas que están cuidándoles las espaldas a los autores. Nosotros como autores aprendemos muchísimo del oficio de ellos. Entramos en un diálogo muy importante para cuidar nuestras obras. A mí en lo particular, sí me importa, que un esfuerzo académico de tantos años e intelectual, llegué a un término editorial muy cuidado con los aires adecuados y con un excelente manejo ortotipográfico”.
El trabajo de investigación que comenzó en 2007 presenta un total de 11 mil 400 voces y 18 mil 700 acepciones del español actual de México.
— ¿Este diccionario permite la exportación de los mexicanismos?
— Sí. El diccionario así fue planteado en la Academia Mexicana de la Lengua y es una muestra de que tenemos la obligación de usar nuestra lengua, nuestro dialecto y nuestros mexicanismos. Para nosotros mexicanismos es tlapalería, que ahora ya está compitiendo con ferretería, usamos chongo y no moño. Ese diccionario es un acto de afirmación de nuestra identidad. Es un diccionario usual y contrastivo o diferencial, se le llama de ambos modos. Queríamos saber cuál era nuestra idiosincrasia lingüística desde los niveles más cuidados de palabras como parteaguas, emeritazgo, que son nuestras, o como homicidio imprudencial, que es del lenguaje técnico jurídico, hasta palabras muy coloquiales como todos los usos de valer: ‘ya valió madre, me vales, etcétera´ o los usos interesantes del adverbio ahí, que ya no lleva acento agudo, sino grave. Eso es mexicano y hay que usarlo, también hay que saber en qué registro: si me siento en una conferencia y me despido del público con “a’ila”, pues es inadecuado.
El diccionario es un acto de afirmación y un acto contrastivo estricto. Decidimos empezar contrastando con el español castellano porque finalmente es una de nuestras lenguas patrimoniales, junto con el aporte de las lenguas indígenas. Y habrá a futuro que contrastar con españoles del Caribe y de Centro América, pero iniciamos con los españoles porque ellos llegaron a principios del siglo XVI. Este diccionario pone en impreso lo que todo mundo habla diariamente.
— México es el primer país por su número de hispanohablantes, ¿esto permite que los mexicanismos se abran camino en esta lengua común?
— El español de México, en el mundo hispanohablante de 400 millones, ya ha hecho aportaciones. El chocolate no es mexicanismo, ya no está en el Diccionario de Mexicanismos, porque fue una aportación de México al mundo. Creo que dentro de nada habrá que quitar aguacate como mexicanismo.
—¿Tomate también?
—Bueno tomate ya se quitó, en el sentido que se usa en el español general, en el italiano y en el inglés. Es una aportación de México al mundo porque sin ese producto no habría pizza y muchísimas culturas no tendrían gastronomía de base.
También está ocurriendo algo muy importante, primero en los medios de comunicación y segundo con la emigración de mexicanos a Estados Unidos, y es que se está produciendo lo que se llama nivelación lingüística y permeabilidad de una lengua hacia otra.
Algo muy curioso es que en España hace 10 años el chapopote se llamaba alquitrán, que es un arabismo, y ahora se llamaba chapapote. Ése es un efecto, pero hay otro muy interesante en Estados Unidos, que es la inmigración masiva de hispanohablantes, la cual ha producido una nivelación, donde el dialecto de prestigio es el de México, pero el de El Bajío-Jalisco, esa zona que tiene muchísimos emigrantes, entonces llega un guatemalteco, un salvadoreño, un boliviano y al cabo de un tiempo empieza a usar el léxico característico de El Bajío, que se está volviendo un dialecto de prestigio, debió empezar teniendo un prestigio en cubierto ,seguramente asociado a que estos emigrantes tenían puestos de trabajo de mejor calidad y terminaron imitando inconscientemente.
— La transculturación integra palabras como vale. ¿Son riesgos para los mexicanismos?
— En la lengua no se puede hablar de riesgo. Simplemente, lo que hacemos los hablantes es usar la lengua para tener un adecuado éxito comunicativo, lo único que intenta el hablante es sobrevivir bien y funcionar en su sociedad y que el oyente haga lo que el hablante quiere.
México le ha dado a muchísimos otros dialectos desde chapapote a aguacate y a la mejor los hispanohablantes de América empiezan a decir ‘vale’ o ‘venga’, que son palabras típicas de España.
México es un país multidialectal, que refleja una multiculturalidad, la cual es síntoma de riqueza y señal de muy buena salud en la lengua. Cuando una lengua no tiene esas dinámicas es que se está quedando sin hablantes. Esos fenómenos de absoluta homogeneidad no son normales porque significa que hay aislamiento y proximidad de muerte. No hay que preocuparse si ‘vale’ se va a quedar porque hay que esperar.
— ¿Cómo se realizó la separación de mexicanismos e indigenismos?
— Los hablantes piensan en mexicanismos como dos cosas: indigenismos y el mundo coloquial, íntimo de estar diciendo chingaderas, digámoslo así. Primero hay que hacer un deslinde muy claro, un mexicanismo, que puede ser indigenismo como papalote, pero puede ser léxico patrimonial que viene desde el latín y ha adquirido una cocción peculiar en el español de México o puede ser léxico perdido del español de España, pero aquí ha permanecido. Por ejemplo tenemos cobijas y no mantas, que es léxico marítimo. Y me niego a decir que chocolate sea un mexicanismo, ya que es un léxico universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario