martes, 13 de septiembre de 2011

¿Cómo se enseña una segunda lengua?


Por Susana Frisancho

Hace tiempo que quiero aprender quechua y para ello por fin estoy tomando clases. En general estoy contenta; sólo llevo tres clases pero he aprendido mucho si lo comparo con mi mínimo conocimiento inicial (solo sabía despedirme, decir no, decir sí, y uno que otro sustantivo).

La clase pasada, sin embargo, tuve una breve discusión con el profesor. Contexto: habíamos tenido una primera clase con un primer profesor, quien nos dijo que él no le prestaba mucha atención a la gramática y que por lo tanto, iba a escribir las palabras tal como se pronuncian (por ejemplo, ñoja en vez de ñuqa), lo que en verdad no sé si es lo mejor (finalmente, los idiomas se escriben de una manera y se pronuncian de otra, y nosotros igual los aprendemos) y más bien me hizo "ruido" cognitivo porque eran dos aprendizajes en vez de uno (primero la palabra "mal" escrita y luego la palabra correcta). A la segunda clase nos cambiaron de profesor. Esta vez el nuevo profe le prestaba mayor atención a la gramáticia y escribía las palabras siguiendo el alfabeto normalizado. A pesar de esto, su método de enseñanza descuidaba la corrección en la escritura: por intentar poner el énfasis en lo oral y en las frases que practicamos en aula se tenía poco cuidado con la manera de escribir las palabras. Por ejemplo: en el contexto de aprender algunos verbos habíamos visto el verbo qamuy (venir) escrito de esa manera, con q. Luego, salió una estudiante a la pizarra y escribió hamuy (con h), y el profesor no lo corrigió (ojo: el primer profesor había escrito jamuy, con j). Pregunté entonces cuál era la manera correcta de escribir ese verbo y me respondieron que no me fijara en eso, que la escritura quechua es artificial, que me olvidara del asunto y que prestara más atención a la manera de pronunciarlo...

Allí explotó el asunto. Debo reconocer que perdí la paciencia y un tanto impulsivamente le dije al profesor que debía tener más ingerencia en la enseñanza y que no podía dejar pasar las cosas así. Él me respondió que la compañera lo había escrito con h, a lo que y yo respondí que la compañera como él la llamaba era una simple estudiante y que él era el profesor y que como profesor tenía la obligación de corregir los errores y darnos retroalimentación eficiente. Se generó un breve debate sobre si es importante la escritura en el aprendizaje del quechua y sobre si el método de no poner atención a la gramática generaba buenos resultados.

Pero más allá de la anécdota que en realidad no tiene mayor importancia (salvo mostrar el mal caracter que puedo tener a veces! ), quiero plantear algunas preguntas sobre dos temas, que espero que mis amigos lingüistas o educadores me ayuden a contestar.
El primero tiene que ver con los procesos metacognitivos en el aprendizaje, que solo mencionaré aquí muy brevemente con la promesa de dedicarle al tema un post futuro. Particularmente soy altamente sensible a la experiencia de no entender algo o de identificar un error en la información que estoy procesando. Soy extremadamente consciente de cuando no entiendo algo, y no puedo tolerar la sensación. Me incomoda sobremanera, lo que me hace estar sumamente atenta a los errores de la información o a su falta de sentido, e intentar siempre corregirlos. Por otro lado, y debido a esta experiencia, me sorprende ver aprendices que pasan por alto los errores y no se inmutan ante ellos: esto demuestra que no están monitoreando su proceso de aprendizaje como se debería. ¿Funciona un estilo de enseñanza que precisamente le pide a las personas que dejen de prestar atención a las contradicciones de la información? ¿se puede aprender quechua (o cualquier otro idioma) de esta manera?

El segundo va más en la línea de la necesidad (o no) de las reglas gramaticales para el aprendizaje de un segundo idioma. Nuestro profesor intenta, por todos los medios, meternos de lleno en conversaciones más o menos naturales. Para él, no importa que no tengamos vocabulario, que no sepamos las reglas de conjugación de los verbos... no importa nada. Debemos intentar conversar y lo demás vendrá naturalmente. Pero a mi (y creo que a otros estudiantes tambien) se me hace muy difícil seguir este juego precisamente porque no tengo ninguna regla en la cual apoyarme, y como no soy hablante nativa, no puedo hacer nada si no me dan una estructura mínima que me permitan construir -aunque fuera precariamente- algún tipo de oración. Creo (creo, no soy especialista en este tema) que es el aprendizaje de la lengua materna el que puede darse 100% "al natural", simplemente a partir del uso de los hablantes, sin que haya necesidad de que se reflexione sobre las reglas que hacen posible ese uso. Podría quizá pasar esto con una segunda lengua si uno está inmerso en un ambiente de hablantes nativos y la aprende de oirla día a día. Pero cuando se trata de una situación de aula, pienso que el aprendizaje de una lengua extranjera es un proceso que es consciente y deliberado desde el principio. Vygotsky decía que en la lengua materna los aspectos primitivos del discurso se adquieren antes que los más complejos, pero que en el aprendizaje de una segunda lengua se necesita cierta conciencia de las formas fonéticas, gramaticales y sintácticas, puesto que con una lengua extranjera, las formas superiores (conscientes) se desarrollan antes que el habla espontánea y fluida. No sé si tenía razón.

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