Que no existan palabras en castellano para denominar las nuevas realidades que emanan de sectores del territorio nacional revela falta de profundidad terminológica. Así lo transmitió la catedrática de Lingüística Teresa Cabré durante un encuentro sobre comunicación científica.
La especialista destacó ayer la importancia del mantenimiento de las lenguas propias y de su actualización constante para que tengan presencia en los diferentes ámbitos profesionales. “No puede ser que el castellano, con cuatrocientos millones de hablantes, no pueda ser utilizado en todas las materias”, explicó Cabré.
Durante su ponencia, la catedrática situó a la terminología como materia social necesaria para las transacciones comerciales. “Los términos son unidades con las que los expertos intercambian ideas. Una lengua apta para la economía internacional debe tener todos los términos en castellano”, resaltó.
Cabré justificó la existencia de una terminología extensa tanto para la supervivencia de las lenguas como para la propia autoestima lingüística. “Estos recursos deben estar disponibles para expresar nuevas realidades en español y evitar los anglicismos cuando no son necesarios”, desarrolló la catedrática de Lingüística y Terminología. De esta manera, subrayó que en una conversación entre dos científicos españoles deben estar todas las palabras para denominar sus investigaciones sin necesidad de recurrir a otros idiomas. “El castellano no puede perder autonomía. Está claro que el inglés es el idioma internacional y esto no significa rechazarlo. Significa que en el foro de los especialistas deben emplear una terminología propia y adecuada”, explicó con detalle.
La especialista negó que el desarrollo de la terminología implique “inventos”, sino que los campos científicos y tecnológicos necesitan acuñar “poco a poco” palabras en castellano. “Solo se inventan las palabras cuando surge un nuevo fenómeno”, matizó. Cabré insistió en que los nuevos especialistas deben recibir una formación lingüística adecuada para que ante una realidad novedosa reaccionen de forma espontánea y adapten las palabras al castellano. “Más tarde, la RAE debe consagrar que término es correcto”, dijo, al tiempo que lamentó la falta de conciencia lingüística en España. “Construimos mal el mensaje porque no nos enseñan técnicas de expresión y comunicación en nuestra propia lengua”, explicó la experta.
Además, Cabré destacó que la propuesta de la terminología española debe ir de abajo hacia arriba ya que al contrario no funciona. Además, explicó que el déficit terminológico que tiene España no se produce en otros países como Alemania porque los estudiantes cuentan en su programación académica con asignaturas de alemán técnico o específico. “Nosotros tenemos inglés para economistas, pero no le damos a nuestros especialistas herramientas para que se comuniquen entre ellos en el ámbito nacional”, sentenció Cabré. Fran Cano /Baeza
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