El ser humano es particular: para que las cosas existan, tienen que tener un nombre. Cuando pensamos en objetos, los pensamos de formas discursivas. Soy una aficionada a la lingüística, por eso me interesa ver cómo internet está cambiando la forma en que pensamos y hablamos. La manera que tenemos de aprender a hablar cuando somos pequeños es totalmente ostensiva, es decir, a través de ejemplos que obtenemos del contexto en el que estamos. Por eso, en un mundo en el que vivimos mediados por la red, es tan sólo natural que el lenguaje cambie. La decisión de la editorial Merriam-Webster de agregar las palabras “tweet” y “social media” a su diccionario, entonces, es algo que se tiene que discutir.
Allá por el 2009, otro diccionario importante de la lengua inglesa, el Collins, agregó “Twitter” a su lista de palabras. La cantidad de léxico existente en el mundo es enorme, sobre todo considerando la cantidad de jergas, palabras topográficas (es decir, que existen solamente en un lugar del mundo) y dialectos que se hablan en cada país. Por eso, cuando una palabra ingresa a un diccionario, es un símbolo de su relevancia. El agregado de Twitter y sus verbos derivados nos sirve para pensar un poco en cómo están penetrando las redes sociales en nuestras vidas.
Sí, es cierto que por el momento estamos hablando de la lengua inglesa, pero la Real Academia Española tampoco debe estar lejos de agregar palabras de este estilo a sus diccionarios. Muchos puristas del idioma estarán en desacuerdo con esto, pero la lengua es algo que cambia constantemente, y que se incluyan estos cambios en el codex mayor es relevante. Cómo hablamos también es la forma en la que nos comunicamos, y cuando las formas particulares de hablar ingresan en las formas generales, significa que estamos pensando las redes sociales de una forma que no lo hacíamos antes.
No vamos a mencionar estadísticas de usuarios de redes sociales porque no es necesario saberlas para poder afirmar que la gran parte de los habitantes del mundo entero saben de qué estamos hablando cuando decimos “te dejé un mensaje en tu muro”, o “te hice una mention”. Quizás para algunas personas esto tenga un significado totalmente diferente, porque nos remite a cosas existentes en el mundo como los muros, o introduce americanismos como mentions (menciones). Si las redes sociales están cambiando la forma en la que nos comunicamos, están entonces cambiando la forma en la que nos pensamos como individuos.
Quizás algunos me acusen de dos cosas: una, de pensar como una anticuada por decir que las cosas existen solamente porque están en un diccionario, y otra, de exagerar la presencia de las redes sociales en la vida cotidiana (de esto, seguramente serán pocos). Pero podemos pensar por ejemplo cómo hace diez años, o incluso cinco años, una frase como “te dejé un mensaje en el muro” era algo totalmente diferente.
Los objetos no existen porque están en un diccionario, pero su uso se magnifica cuando están incluidos en un código general. Pensemos en una chaqueta: seguramente alguien diseñó una prenda de ropa, pocas personas la usaron, pero no se transformó verdaderamente en una chaqueta hasta que se comenzó su producción relativamente masiva y las personas comenzaron a referirse a esa prenda con ese nombre. Lo mismo sucede con palabras como tweet: un grupo de personas creó Twitter, y en su dinámica también creó una serie de palabras asociadas únicamente con Twitter. Todos sabemos qué significa chaqueta porque en algún momento usamos una chaqueta (un ejemplo algo amplio pero que puede servir). Casi todos sabemos qué significa tweet porque hemos en algún momento usado Twitter, o conocemos a personas que se refieren a tweets de forma diaria.
Los invito a que piensen en la importancia de las palabras en la web, para que veamos no solamente cómo está cambiando el lenguaje, sino además cómo las redes sociales están cambiando nuestras vidas.
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